Disfrutar de las situaciones, personas y objetos materiales son realmente un regalo de la vida y agradecerlo nos engrandece.
El acomodo y la buena racha son comida para nuestra importancia personal o ego.
Nuestro espíritu necesita su alimento, quiere que brillemos y nuestra alma demanda Amor para nuestra mayor evolución.
Tomar conciencia de nuestros pensamientos y actos a cada momento debería ser una constante en nosotros, si no lo logramos
la vida nos pondrá de frente alguna situación que nos provoque inquietud, esa inquietud interna que nuestro inconsciente
grita para poder expresarse y resolverse.
Expresar, entrar en el silencio y meditar, suele ayudar.
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